En quirófano sentí que alguien inesperado me visitaba, en quirofano sentí que alguien conocido me cuidaba y por vez primera en mucho tiempo me sentí sin tristeza, y noté, noté cuál vuelo sigiloso de ángel sobre mi.
Su presencia endulzaba la habitación tan fría que fue al entrar, su presencia se dejaba notar también en el aroma y pude formar parte de todo aquello.
Ahora despierto, sigo recordando a ese ángel que fue visto por mi alma allí rendida, por esa parte de mi que renegaba de aquella salida sin luz y donde su brillo despertó en mi toda gana de seguir adelante.
La sensibilidad en uno mismo es sentir en demasia cada gramo de maldad que hay a tu alrededor y también puede acrecentar la felicidad debidos a actos de pura bondad hechos y preparados para uno mismo pero sobretodo para los que te rodean.
Y una vez acabado ese túnel de oscuridad y solo pensando en lo que podría acercarse o mejorar, pienso en el tiempo pasado y en qué nada podría enturbiarme más mis sentimientos presentes.
Siendo tan sensible, sintiendo todo tan de cerca solo necesito algo tan sencillo como rodearme de gente a quien amar, a quien querer pues de esto me sobra y a su vez sentirme igualmente dichoso de poder sentirlo.
A esos malos que penetraron anteriormente que no se acerquen, que si me ven se den la vuelta, que siempre se acercaron con tanta maldad, con tanta inquina y a los que a día de hoy me revelo.
A esos falsos ángeles, adios.
A tanta gente buena que me rodea,que agradecido estoy y a esos ángeles que nos sobrevuelan...solo mi corazón sabe lo que es eso.
Francis Taza
No hay comentarios:
Publicar un comentario